Ir al contenido principal

Alcohol y Embarazo

Un estilo de vida saludable es fundamental para mantener a las personas sanas y activas a lo largo de toda la vida. Esto es especialmente relevante en determinadas etapas de la vida, como es el caso del embarazo y la lactancia, puesto que van a jugar un papel fundamental en el normal desarrollo del feto, en cualquiera de las etapas de la gestación y en la salud y bienestar del niño/a y de la madre.

Algunos estudios han observado que el consumo de alcohol por parte del hombre en el periodo preconcepcional también puede tener un impacto en la salud infantil. Además, el consumo de alcohol durante el embarazo por la pareja puede tener un impacto en el consumo de alcohol de la madre.

Alcohol y embarazo

En relación a los daños relacionados con el consumo de alcohol durante el embarazo, la evidencia científica es contundente. El alcohol es un agente teratogénico, es decir, una sustancia que interfiere en el desarrollo del feto, ya que atraviesa con gran rapidez la placenta dejándolo expuesto y sin protección a los efectos adversos del alcohol. A continuación, un video con información:

El navegador no puede reproducir el vídeo. Actualiza la versión del navegador para poder visualizarlo.
Embarazada sujetándose la tripa.

El consumo de alcohol durante el embarazo es una de las primeras causas conocidas y prevenibles de malformaciones congénitas. En la actualidad no hay un consenso a nivel científico sobre el nivel de riesgo o el umbral por debajo del cual el alcohol no es teratogénico, sin embargo, sí hay unanimidad en cuanto a las recomendaciones: durante el embarazo no se debería consumir alcohol.

La gravedad de los daños causados por el alcohol sobre el feto va a estar en función de una serie de variables como son la cantidad, frecuencia con que se consume y fase del embarazo en la que se produzca; unido a otros factores de riesgo como factores genéticos, el estado nutricional, la salud física y mental de la embarazada, el consumo de determinadas sustancias, el entorno socioeconómico, etc.

Hay que tener presente que durante toda la gestación no hay un periodo de tiempo ni una cantidad de consumo que se pueda considerar segura, y que todo tipo de bebidas que contengan alcohol son perjudiciales. Por ello, si se está embarazada o en proceso de estarlo, debe evitarse beber alcohol.

Los daños potenciales ocasionados por el alcohol sobre el desarrollo del feto pueden ser variados, desde abortos o bajo peso al nacer hasta una amplia gama de discapacidades conocidas como Espectro Alcohólico Fetal, de difícil diagnóstico y que perdurarán toda la vida, con repercusiones a nivel físico, del comportamiento e intelectuales. Ver Prevención de los Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal.

La manifestación más extrema de este espectro es el Síndrome Alcohólico Fetal

Algunas de las características de este síndrome son:

Infografía que muestra las características comunes de los trastornos del Espectro Alcohólico fetal.
  • Anormalidades faciales.
  • Cabeza pequeña; baja estatura y peso corporal.
  • Problemas de coordinación.
  • Hiperactividad.
  • Dificultades de atención, para hablar y expresarse.
  • Poca memoria, dificultades para razonar y comprender.
  • Bajo cociente intelectual.
  • Problemas con la vista y el oído.
  • Problemas de corazón, riñones y huesos.

Estos defectos, que el niño o niña padecerá de por vida y que van a tener un gran impacto tanto sobre él/ella como sobre su entorno familiar y social, son totalmente prevenibles si no se consume alcohol durante el embarazo.

Puedes encontrar más información sobre el tema en los siguientes enlaces:

Alcohol y lactancia materna

Todo el alcohol consumido por la lactante es trasferido a la leche materna y, de esta manera, consumido por el niño o niña, pudiendo alterar su sueño y su desarrollo motor e interferir en su aprendizaje temprano.

Mujer dando de mamar.

Existe un falso mito sobre que el consumo de algunas bebidas alcohólicas favorece la producción de leche, ayudando así a la buena alimentación del bebé. Esta creencia no tiene ningún fundamento científico, muy al contrario, estudios recientes demuestran que los niños ingieren menos leche en las horas siguientes al consumo de alcohol por la madre, en parte debido a la menor producción de leche materna.

Por lo tanto, la recomendación es que durante la lactancia no se deberían consumir bebidas con contenido alcohólico y, si se consumen, no se dará de mamar hasta que el alcohol haya sido eliminado del cuerpo de la mujer en periodo de lactancia.