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Alimentación como placer

La comida es un placer primario, fuente de satisfacción que en algunas ocasiones “tapa” ansiedades, frustraciones o aburrimiento. En un entorno con tanta disponibilidad de comida como es el nuestro, debemos aprender a conocer las señales de saciedad y evitar los excesos. Cuando un alimento nos encanta debemos plantearnos:

  1. ¿Es un alimento sano? Incluso los más saludables deben tomarse en determinada cantidad y evitar las exageraciones.
  2. ¿Es un alimento muy calórico? El aceite de oliva, por ejemplo, es muy sano pero tiene más calorías que el chocolate o los frutos secos. Debe estar presente en nuestra dieta, pero un consumo abundante tiene un “coste” calórico importante.
  3. ¿Tiene poder saciante? Muchos de los aperitivos tienen una gran cantidad de calorías, “llenan” muy poco y no tiene apenas interés nutricional. Presentan lo que se llama calorías vacías. ¿No debemos comerlos nunca? No, pero no es razonable tomarlos de forma habitual.